En la comunidad en e mundo del anime, donde las aventuras extravagantes y los personajes únicos solían reinar, ha surgido una creciente controversia entre los otakus. Estos devotos seguidores de la animación japonesa, que han sido el corazón latente de la industria, están ahora alzando sus voces para expresar su preocupación sobre si los animes contemporáneos han perdido su esencia.
La industria del anime ha florecido en una escala impresionante, estableciéndose como uno de los negocios más prominentes en la actualidad. Los otakus, aquellos individuos apasionados que devoran este contenido con fervor, han sido una fuerza impulsora en esta trayectoria ascendente. En años recientes, la pandemia global ha actuado como catalizador, catapultando al anime desde los márgenes hasta el centro del escenario global. Lo que alguna vez fue considerado un nicho peculiar, ahora se ha convertido en el placer preferido del público en general. Sin embargo, a medida que esta oleada de popularidad barre el globo, las bases más leales han comenzado a plantear interrogantes acerca de la calidad y la esencia que una vez definieron a sus series favoritas.
La discusión se avivó cuando se puso sobre la mesa el ejemplo del anime Bokusatsu Tenshi Dokuro-chan. La trama de esta peculiar serie sigue a Sakura Kusakabe, un estudiante de secundaria que enfrenta un futuro en el que la inmortalidad es una realidad, pero con un giro inesperado: la superpoblación se convierte en una problemática. Dokuro Mitsukai, un ángel armado con una espada, viaja desde el futuro con la misión de asesinar a Sakura y evitar así que descubra el secreto de la inmortalidad.
Sin embargo, en un giro cómico y a menudo sangriento, Dokuro-chan termina accidentalmente matando repetidamente a Sakura, solo para revivirlo con sus poderes divinos. Las situaciones absurdas y a menudo hilarantes en las que Sakura se encuentra, mientras Dokuro-chan intenta frenéticamente impedir que se convierta en el científico detrás de la inmortalidad, son la esencia misma de la serie.
Este tipo de narrativas extravagantes y peculiares fueron durante mucho tiempo la columna vertebral de la industria del anime, estableciendo un sello distintivo en el género. Historias que se desviaban de lo convencional, personajes inusuales y giros sorprendentes eran lo que hacía que el anime se destacara en comparación con otras formas de animación alrededor del mundo. Sin embargo, algunos observadores han notado un cambio en esta dinámica en los últimos años.
Múltiples voces han propuesto teorías para explicar esta transformación. Uno de los factores sugeridos es la creciente corrección política que ha permeado la sociedad en general. Para evitar controversias, cancelaciones y censura, se argumenta que los creadores han optado por abrazar historias más convencionales, lo que ha llevado a una cierta homogeneización de los contenidos. Otros opinan que el auge de las plataformas de streaming y la internacionalización del anime han influenciado este cambio. Para atraer a un público más amplio y diverso, los estudios pueden haber optado por centrarse en tramas más genéricas que sean comprensibles y atractivas para una audiencia global.
Incluso se ha especulado que la preocupación por el negocio también podría haber influido en esta transformación. Entre 2006 y 2011, la industria del anime se estancó, pero resurgió en 2012 con un crecimiento notable. Algunos argumentan que esta modificación en la narrativa y el tono de los animes actuales pudo haber sido una estrategia para revitalizar la industria y mantenerla económicamente saludable.
En última instancia, la discusión sobre si los animes contemporáneos han perdido su esencia es un reflejo de la evolución constante de la cultura y la industria del entretenimiento. Mientras los otakus continúan explorando nuevas narrativas y celebrando los clásicos atemporales, la definición misma de lo que constituye la esencia del anime sigue siendo un debate en constante cambio.
Fuente: Foros y Twitter