Se a informado que el YouTube Kazuaki Sugita, de 40 años, conocido en línea como “Rengoku Kuroaki“, fue arrestado esta semana por presuntamente difamar a una mujer al acusarla sin evidencia de ser una revendedora ilegal de boletos en un video sin censura que publicó en el sitio de intercambio de videos, informó la policía. Sugita ha ganado notoriedad por sus videos controvertidos en los que él y otros confrontan a personas en lugares públicos con acusaciones de comportamiento indebido, denominando tales acciones como “arrestos ciudadanos”. La policía sospecha que el residente de Tokio ha estado produciendo y publicando estos videos para aumentar las vistas con el fin de generar ingresos publicitarios.
La acusación directa en el arresto se basa en la publicación por parte de Sugita de un video sin censura de una mujer de 18 años cerca del Teatro Imperial en Tokio alrededor del 19 de septiembre, con texto en pantalla etiquetándola como “revendedora (de boletos)”. Mientras perseguía a la mujer, la acusó de salir con hombres mayores por dinero y dijo: “Devuélveme 80,000 yenes (530 dólares)“, según la policía. No se ha encontrado evidencia de que estuviera involucrada en la reventa ilegal de boletos, afirmó la policía, agregando que realizaron el arresto después de que ella solicitara su ayuda.
Rengoku Kuroaki, conocido por vestirse como el valiente Kyojuro Rengoku de “Kimetsu no Yaiba“, ha atraído a una amplia audiencia debido a su estilo único y su conexión con la popular franquicia de anime y manga. Kyojuro Rengoku es un personaje icónico de “Kimetsu no Yaiba”, reconocido por su lealtad y valentía en la lucha contra los demonios. La franquicia en sí ha experimentado un éxito fenomenal, convirtiéndose en un fenómeno global.
El profesor Higuchi Yoshiaki, del Departamento de Estudios de Medios de la Universidad de Tokai, destaca que inicialmente, los videos que mostraban a YouTubers menospreciando a personas eran considerados simplemente molestos. Sin embargo, señala que aquellos que publican tales videos comenzaron a buscar más vistas al “hacer campaña por la justicia”. Su agresión aumentó al exigir “confesiones” y al intentar realizar “arrestos ciudadanos”. Higuchi advierte que, aunque los sujetos de los videos hayan cometido actos que podrían considerarse delictivos, los YouTubers pueden haber cruzado una línea al socavar sus derechos humanos.
El profesor reconoce el mérito de los sitios de intercambio de videos al permitir la libre expresión y ejercer influencia social. Sin embargo, advierte que los YouTubers deben cuestionar si lo que están haciendo está realmente aceptado por la opinión pública. La libertad de expresión debe equilibrarse con la responsabilidad, especialmente cuando se trata de acusaciones infundadas que pueden tener consecuencias graves para la vida de las personas involucradas.
Fuente: NHK NEWS