Como saben la franquicia de Dragon Ball ha decidido dar un paso arriesgado al profundizar en aspectos de su lore que antes quedaban sin explicación, particularmente con su nueva serie Dragon Ball Daima. Aunque la intención de Akira Toriyama y su equipo parece ser enriquecer el universo de la saga, este esfuerzo ha generado una fuerte división entre los fans, quienes han encontrado errores, contradicciones y cambios que desestabilizan la narrativa que amaban.
En Dragon Ball Daima, cuya ubicación exacta en la línea de tiempo no está del todo clara pero se sitúa antes de los eventos de Dragon Ball Super, se explora a fondo el mundo de los demonios. Una de las revelaciones más controvertidas es que todos los personajes con orejas puntiagudas que han aparecido en la serie a lo largo de los años resultan ser demonios provenientes de su propia dimensión. Esto ha generado una gran confusión entre los seguidores, ya que personajes que antes se asumían como pertenecientes a otras razas o entidades ahora son recontextualizados como demonios, dejando preguntas sobre cómo encajan en la historia general.
Además, la serie introduce un personaje que se revela como el «rey demonio» que fue derrotado en el pasado sin que los protagonistas fueran conscientes de su verdadera identidad. Esta revelación, en lugar de añadir profundidad, ha causado molestia entre los fans por la falta de coherencia con los eventos previamente establecidos.
Sumado a esto, otro villano icónico de la franquicia, previamente descrito como una entidad eterna que existía desde la creación del universo, ahora tiene un origen completamente distinto: fue creado por una «bruja demonio» en un caldero mágico, luego de que alguien solicitara su fabricación. Este cambio ha provocado críticas por parte de la comunidad, que percibe estas modificaciones como una «traición» al lore original.
No es todo. Otros personajes que datan de hace más de 40 años, relativamente intrascendentes en la trama general, también han sido reimaginados como demonios vendidos por la misma bruja a quienes los solicitaran. Estas reinterpretaciones no solo reescriben aspectos del pasado, sino que también generan inconsistencias que los fans han sido rápidos en señalar.
La confusión aumenta con las implicaciones que Daima tiene para el universo más amplio de Dragon Ball. En Dragon Ball Super, se introdujo un dios supremo que, con solo pensar, podía destruir universos. Ahora, en Daima, se presenta a un ser aún más poderoso, responsable de la creación de todos los universos existentes. Este tipo de escalada en el poder y la jerarquía de los personajes es una tendencia que, aunque común en la franquicia, ha llegado a un punto en el que muchos seguidores sienten que pierde sentido.
La complejidad del universo Dragon Ball también ha sido una fuente de discusión. Con una mezcla de razas como aliens, humanos, furros, androides, demonios, y la existencia de ángeles, dioses, infierno, cielo, universos paralelos y hasta viajes en el tiempo, la serie ya tenía un lore considerablemente denso. Para muchos fans, agregar más elementos y retorcer el lore existente solo contribuye a complicar innecesariamente la narrativa.
Un punto clave en la discusión es la falta de claridad sobre dónde encaja Dragon Ball Daima dentro de la línea de tiempo oficial. Esta ambigüedad ha hecho que los fans especulen, pero también ha llevado a críticas hacia los responsables por no proporcionar una guía clara que ayude a entender cómo los eventos de esta nueva serie se relacionan con el resto de la franquicia.
Aunque la intención de expandir el lore podría ser un intento de mantener fresca una franquicia con décadas de historia, la falta de coherencia y las contradicciones están alienando a una parte importante de su base de fans. Dragon Ball, una saga que ha sido un pilar en el mundo del anime, está ahora en una encrucijada: ¿seguir expandiendo su universo sin mirar atrás, o detenerse para construir una narrativa más consistente? El tiempo dirá cómo esta decisión afecta el legado de la franquicia.
Fuente: Cuenta de X