Por muchos años los fans del anime han tenido que mirar sus series favoritas entre varios servicios. O perder las esperanzas cuando un gigante del streaming se hacía con los derechos. Sin embargo, esta era de monopolios parece estar llegando a su fin. Y no lo decimos nosotros: lo dijo nada menos que Keiji Ota, director ejecutivo de Godzilla y jefe del departamento de anime de Toho, uno de los pesos pesados de la industria de Japón.
En una entrevista reciente con Financial Times, Ota explicó que el modelo de distribución centrado en una sola plataforma está perdiendo fuerza rápidamente. ¿La razón? Japón ya no ve al anime como un producto para exportar solamente a nichos de fans, sino como una propiedad intelectual de alcance global que debe expandirse estratégicamente.
«La fortaleza de la propiedad intelectual y el anime de Japón está siendo reconocida en todo el mundo. En este momento, cómo expandirse en el extranjero es el mayor desafío», comentó Ota
Este cambio de enfoque responde a una evolución clave: el anime dejó de ser una curiosidad cultural para convertirse en un pilar del entretenimiento global, compitiendo de tú a tú con Hollywood y otras industrias internacionales. Series anime como Attack on Titan, Demon Slayer o Jujutsu Kaisen han demostrado que pueden generar cifras millonarias tanto en merchandising como en taquilla, más allá del streaming.
Durante mucho tiempo, servicios como Netflix, Crunchyroll, Disney+ y Amazon Prime Video quisieron asegurarse exclusivas de títulos de anime importantes para atraer gente. Pero si bien ese modelo se da en favor de las plataformas, no siempre es lo mejor para las productoras japonesas. Al limitar el acceso, también se reduce la exposición, el boca a boca global y, por supuesto, las ventas.
Japón ahora parece decidido a cambiar las reglas del juego. En lugar de casarse con un solo servicio, están explorando modelos multiplataformas, para que un mismo anime pueda llegar a varios de estos, a la televisión e incluso cines o canales oficiales de YouTube. Esta estrategia no solo aumenta las posibilidades de audiencia, sino que también permite adaptar el contenido a distintos mercados.
Y no se trata solo de animación. Según Ota, este enfoque también se está poniendo a prueba en otras propiedades de Japón, como películas, live-action y franquicias multimedia. La idea es crear ecosistemas amplios en los que un anime pueda tener un juego, una película, una línea de productos y estar presente en varios lugares al mismo tiempo. Básicamente, hacer lo que Marvel ha hecho con su universo.
El cambio también refleja una mayor confianza en la capacidad de las historias niponas para conectarse con audiencias de todo el mundo. Durante años, Japón fue muy cauteloso con la internacionalización de su contenido. Hoy, en cambio, están acercándose a su rol como potencia con una visión mucho más globalizada y estratégica.
Por supuesto, esto también implica un nuevo reto: gestionar y coordinar la distribución internacional de anime de forma efectiva, para asegurar calidad en las traducciones, doblajes, tiempos de lanzamiento y campañas de promoción. Pero si algo ha enseñado la industria japonesa es que sabe evolucionar cuando las condiciones lo exigen.
Para los fans del anime, esta es una excelente noticia. Menos exclusivas significa más accesibilidad, menos frustración y la posibilidad de elegir la plataforma que mejor se adapte a sus necesidades. Y para la industria, significa más libertad para crecer sin ataduras.
Así que sí, los monopolios del streaming están en declive, y el futuro del anime se ve más libre, más conectado y más global que nunca. Japón está listo para jugar en todas las canchas. Y nosotros, encantados de verlo.
Fuente: Foros, Grupos y Chats