Atreves de su cuenta oficial del Artista de contenido Erótico japones “姉太郎” o “ANETAROU” en Twitter, ha desatado un debate en las redes sociales al afirmar que los artistas independientes, especialmente aquellos que crean doujinshi erótico, pueden obtener mayores ganancias que los autores de manga profesionales que publican sus obras a través de editoriales y revistas.
En una serie de publicaciones en su cuenta de Twitter, el artista expresó su experiencia personal y su visión sobre la industria del manga en Japón. En sus declaraciones, destacó que ha dedicado gran parte de su vida a la escritura y el dibujo, y atribuyó su capacidad para mantenerse económicamente a flote en los últimos años a su trabajo en el ámbito del doujinshi hentai.
«Me he dedicado a la escritura y el dibujo casi toda mi vida», escribió el artista. «La razón por la que aún puedo permitirme vivir de esta manera en los últimos años es, francamente, porque ‘seguí dibujando doujinshi hentai’ y ‘no me hice un mangaka profesional’».
El punto central de su argumento radica en las disparidades económicas entre los ingresos generados por la venta de doujinshi y los obtenidos por los autores de manga profesionales. Según sus afirmaciones, los artistas de doujinshi pueden obtener ganancias que oscilan entre el 50 y el 80 por ciento del importe de las ventas, mientras que los autores profesionales apenas consiguen entre el 5 y el 10 por ciento como regalías.
«En el mercado del doujinshi se consiguen ganancias de entre el 50 y el 80 por ciento del importe de las ventas, mientras que como autor profesional apenas consigues entre el 5 y el 10 por ciento», declaró el artista.
Esta discrepancia financiera plantea interrogantes sobre la sostenibilidad económica para los autores profesionales que dependen de las editoriales y revistas para publicar sus obras. El testimonio de “姉太郎” sugiere que muchos artistas pueden encontrar una mayor estabilidad financiera y libertad creativa al permanecer en el ámbito del doujinshi, donde tienen un mayor control sobre la distribución y los ingresos de sus obras.
El artista también compartió su propia experiencia personal, mencionando que su decisión de seguir trabajando en el doujinshi se debe en parte a las dificultades financieras que enfrentaba su familia. «Mis padres estaban muy endeudados, pero yo no quería abandonar mi pasión», reveló.
A pesar de las desigualdades económicas señaladas, “姉太郎” expresó su deseo de que la industria del manga evolucione hacia una mayor apertura y oportunidades para los artistas. «Como creador, me gustaría que el mercado del manga se desarrolle más. Deseo una era en la que puedas dibujar lo que quieras dibujar, y entregarlo directamente a quienes quieran leerlo», afirmó.
Las afirmaciones de “姉太郎” han provocado un intenso debate en línea sobre las estructuras y prácticas de la industria del manga en Japón, y plantean preguntas importantes sobre el equilibrio entre la estabilidad económica y la libertad creativa para los artistas:
- «Pues es evidente que la demanda por contenido erótico es mucho más grande».
- «Es como en cualquier otro tipo de industria, cuando puedes hacer negocios por tu cuenta, no hay necesidad de usar un intermediario».
- «¿En serio? Los autores están siendo explotados y ni siquiera se han dado cuenta».
- «Si te conviertes en un profesional, deberías tener la oportunidad de conseguir más dinero. in embargo, al final todo se trata de si tu obra se vuelve popular o no, y es un mercado extremadamente competitivo».
- «Sin embargo, si quieres conseguir la vida de los autores de One Piece o Kimetsu no Yaiba, no tienes otra opción más que hacer un mangaka profesional».
- «He visto en internet que no pocos de los autores de novelas que se han hecho populares también tienen al mismo tiempo un trabajo normal. Si el mercado es de nicho, aunque trabajes duro, no serás recompensado».
- «Si dibujas doujinshi hentai, seguramente será el final de tu vida normal».
- «Lo siento por las actrices de voz y los autores de manga que tienen que dedicarse al contenido erótico para poder subsistir. Es lo malo de que Japón sea un país lleno de vírgenes pervertidos».
Fuente: Otakomu